31 de enero de 2010

31 de enero de 2010

jueves, 13 de mayo de 2010

Seis

Se consumía la vela de un tirón.
El calor era insportable.
El sexto acorde del sexto día.
Fue exactamente el día seis, el dolor seís, cuando el corazón de aquel pequeño se incendió y en unos cuantos segundos, se apagó.
"Tengo miedo" me dijo él, "Estoy lejos de casa y no se quien eres".
Lo tomé de la mano en donde sostenía una orquídea y lo llevé a la iglesia más cercana.
Quedate aquí, le dije entre lágrimas y gritos desesperados de una llamarada caliente lentamente desprendiéndose de mi corazón.
Lo tomé en mis manos y su pequeña, frágil cara se rompió.
Y así, con la imagen rota me fui, enamorada de esos ojos negros sin sentido alguno, seguí mi camino sin mirar atras, sin nunca mirar atras, ni tocar el sexto acorde.

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